Juan Ramón Jiménez, poeta universal de la literatura del siglo XX y Premio Nobel, escribía las siguientes palabras a Enrique Díez Canedo el 6 de agosto de 1943 desde Washington: «… En la Florida empecé a escribir otra vez en verso. Antes, por Puerto Rico y Cuba, había escrito exclusivamente crítica y conferencias. Una madrugada me encontré escribiendo unos romances y unas canciones que eran un retorno a mi primera juventud, una inocencia última, un final lójico de mi última escritura sucesiva en España…»
Era absoltamente necesaria, tras varias décadas, esta reedición de Voces de mi copla, que Juan Ramón en un principio denominó Cancioncillas. Para ello seguimos la primera publicación de este volumen de poesía, realizada en México en 1946.