Entre 2012 y 2015, es decir, en solo tres años, aparecieron estas tres novelas que supusieron un acontecimiento singular en la literatura argentina. Desde entonces, Ariana Harwicz no solo ocupa un lugar único y central en la narrativa argentina sino que su influencia ha recorrido Latinoamérica y también España, y en ninguno de los numerosos países donde ha sido traducida ha dejado indiferente.