El festejo taurino es una expresión cultural milenaria, que cuenta con numerosos aficionados que exigen respeto a sus gustos y tradiciones. Nadie tiene la obligación de participar ni asistir, pero tampoco se pueden plantear demandas prohibicionistas limitando o impidiendo el acceso a los que disfrutan de su celebración. En el texto se realiza una defensa de la Tauromaquia desde la vertiente histórica, artística, cultural, legal y de los derechos individuales, exponiendo los razonamientos que permiten colocarla en el lugar que siempre ha estado, y que la corresponde; también quedan recogidos una pléyade de escritores, pintores, escultores y artistas de diferentes ámbitos que han plasmado en sus obras los valores culturales de la corrida de toros. Así mismo se presentan los valores humanos inherentes a la misma que la califican como una actividad destacada, provechosa, positiva y de la que nos sentimos orgullosos. ¿Se trata de un espectáculo minoritario , ¿vive la Fiesta de las subvenciones , ¿se pueden dictar leyes prohibicionistas , ¿es la Tauromaquia un foco de maltratadores de animales , ¿son