TOMO I. LOS DOCE TRABAJOS DE HÉRCULES, TRATADO DE LA LEPRA ARTE CISORIA

TOMO I. LOS DOCE TRABAJOS DE HÉRCULES, TRATADO DE LA LEPRA ARTE CISORIA. TRATADO DE CONSOLACIÓN ARTE DE TROVAR CARTAS TRATADO DE ASTROLOGÍA

Editorial:
FUNDACIÓN JOSÉ ANTONIO DE CASTRO
Año de edición:
ISBN:
978-84-7506-407-9
Páginas:
616
Encuadernación:
Rústica
Disponibilidad:
Disponible en 5 días

42,00 €



Los doce trabajos de Hércules

Tratado de la lepra

Arte cisoria

Tratado de consolación

Exposición del salmo “Quoniam videbo”

Tratado de fascinación o de aojamiento

Epístola a Suero de Quiñones

Arte de trovar

Exposición del soneto de Petrarca

Cartas

Tratado de astrología

Aunque su labor literaria comenzó pronto, como poeta en las cortes de Castilla y Aragón, no escribirá su primera obra, Los doce trabajos de Hércules, hasta 1417, cuya primera redacción fue en catalán. Interesante ejemplo de exégesis mitológica del prerrenacimiento español, que representa uno de los más antiguos testimonios romances del tema de las armas y las letras y permite apreciar la utilidad que Villena da al quehacer intelectual. En su producción literaria el autor explicita su interés por ejercer una influencia entre los nobles, burócratas u oficiales de la corte, para los que redacta tratados con forma epistolar, como los que incluye esta edición: El Tratado de la lepra, la Exposición del salmo Quoniam videbo o el Tratado de la fascinación. Durante los años en que escribe estas obras (1420-1425) se percibe en su labor intelectual un intento de compaginar ciencia, política y literatura, temas cada vez más importantes en la corte. Este volumen incluye también obras más tardías, como la Epístola a Suero de Quiñones y el Arte de trovar dedicado al Marqués de Santillana.

El autor
Descendiente de la más alta aristocracia de Castilla y Aragón y de la casa de Trastámara, lo que condicionó su educación y las expectativas hacia su persona. Sus primeros años transcurren en la corte señorial valenciana, donde se formó entre importantes intelectuales catalanes, que dejarán huella en su obra. El mecenazgo literario de su abuelo, don Alfonso de Aragón, también influyó en las inquietudes del niño Enrique, que se convirtió en un intelectual avanzado para su época, el primer tercio del siglo XV. Famoso y elogiado por escritores coetáneos y posteriores, como el Marqués de Santillana y Juan de Mena, quienes lo recuerdan como maestro y poseedor de las nuevas claves literarias, aunque también levantó recelos entre los sectores más conservadores de la cultura oficial, en especial, la clerical y la universitaria. Gracias a su inhabilidad para la guerra y la política y a su mala fortuna, concentró sus esfuerzos en las letras y la especulación científica y destacó por su labor como traductor. En 1412 Villena unía su destino al del recién elegido rey, su primo Fernando de Antequera, que le protege y le concede beneficios económicos, aunque finalmente muere arruinado y socialmente desprestigiado en 1434.

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