Frank Frazetta ha sido el rey indiscutible del arte fantástico durante 50 años, y su fama no ha dejado de crecer en los años transcurridos desde su muerte. Sus enérgicos óleos de Tarzán, Conan, Vampirella y su característico Death Dealer definen mundos de fantasía y los cuerpos que los pueblan: carnosos, musculosos, táctiles y sensuales.