Detrás de los problemas más difíciles del mundo hay gente, grupos de personas, que no se terminan de llevar bien. Podemos culpar al crimen, la guerra, las drogas, la avaricia, la pobreza, el capitalismo o el inconsciente colectivo. Lo cierto es que es la gente la que causa nuestros problemas. Reforzar el orden no acaba con los disturbios, ni impide la guerra ni reduce los problemas del mundo. Puede incluso encender el fuego del caos grupal. Si no damos a las hostilidades una salida legítima, es seguro que tomarán rutas ilegítimas. Este libro demuestra que comprometerse con el conflicto, en lugar de huir de él, es una de las mejores maneras de afrontar la división que existe en todos los niveles de la sociedad. Las páginas que siguen acercan al lector la idea de Trabajo Interior (Innerwork), un buen método para superar el miedo ante el conflicto. El fuego que arde en las dimensiones social, psicológica y espiritual de la humanidad puede arruinar el mundo. Pero también puede transformar los conflictos en más comunidad. Depende de nosotros. Podemos evitar el conflicto, o podemos sentarnos sin ningún miedo en el