El presente libro es una crónica fotográfica de la Aviación Naval desde su creación en 1917 hasta nuestros días. Viene a cubrir un hueco que existía pues, aparte de artículos aislados en revistas profesionales como la Revista General de Marina, no se había acometido hasta ahora una historia de los avatares de nuestra Aviación Naval, embarcada o no.
El libro, repleto de imágenes a cual más espectacular, muestra el camino recorrido desde 1917, cuando fue creada por Decreto de Alfonso XIII, hasta la magnífica realidad presente en que las aeronaves son elementos orgánicos de la Fuerza Naval Española, en la que destaca el portaaviones «Príncipe de Asturias» como portador de las mismas. Las imágenes están complementadas por textos y artículos elaborados por profesionales del Arma Aérea de la Armada española, algunos de los cuales han sido testigos de excepción en el desarrollo de la misma. Destaca un prólogo del Almirante (retirado) Suanzes de la Hidalga, artífice del renacimiento de la Aeronática Naval.
La Aviación Naval en España transcurre a lo largo de dos periodos. Una primera fase va desde 1917 hasta después de la Guerra Civil en que se crea el Ejército del Aire como una fuerza aérea global que, siguiendo los modelos alemán e italiano que tan pobres resultados tuvieron durante la Segunda Guerra Mundial, tendrá a su cargo toda aeronave militar en cualquier teatro de operaciones terrestre o naval. El renacimiento de nuestra Aviación Naval se inicia en 1953 con la llegada de los primeros helicópteros a la Armada; durante un periodo prolongado de reticencias e incomprensiones entre la Armada y el Ejército del Aire, todo ello contado en el libro por sus protagonistas, se abre camino la necesidad de que las fuerzas navales cuenten entre sus efectivos aeronaves. Este ha sido un fructífero periodo en el que cabe a nuestra Aviación Naval logros e innovaciones tácticas como haber sido la primera en operar aviones de despegue vertical desde portaviones no convencionales.
El 19 de septiembre del año 2000 tuve el honor y el privilegio de pronunciar en el Panteón de Marinos ilustres el panegírico de lo que supuso para la Armada en general y para la Aeronáutica Naval en particular los relevantes servicios que en paz y guerra les prestó el Capitán de Navío D. Pedro Cardona y Prieto, y ello con m otivo del traslado de sus restos mortales a su sepultura definitiva en ese templo de la Marina.