Cuando el Lehendakari López propone un «encuentro entre diferentes» o un «respeto entre identidades», todos suponemos que se trata de cohesionar la comunidad autónoma vasca desde las (al menos) dos grandes identidades que la forman. De una de ellas ya lo sabemos todo y hasta ahora lo era todo: son los nacionalistas, que piensan que lo mejor es que formemos parte, en un futuro más o menos próximo, de una Euskal Herria independiente. Pero ¿qué pasa con esa supuesta otra identidad de la que habla López? Nadie sabe muy bien quiénes la forman. Nadie quiere tampoco que le identifiquen fácilmente con ella. Es una identidad que, por no tener, no tiene ni nombre: es una identidad anómica, es una identidad sin identidad. Este libro pretende adentrarse en la ardua (y apasionante) tarea de buscar una identidad entre las sombras dejadas por otra.