Patria y Navantia
Pedro Castilla Madriñán, Ex ingeniero-jefe del Dpto de Servicios Generales del Astillero de Puerto Real. Autor del libro: “Matagorda Mito y Esperanza”
temas sociales
dic 172013
Enviado a la pagina web de Redes Cristianas
Debido a la época franquista, el concepto de patria quedó muy devaluado para una gran parte de la sociedad española, sin embargo, el significado de patria representa un hermoso sentimiento si se le llena de su verdadero contenido: Las personas que la componen, con su historia, cultura, religión y tradiciones, los paisajes, las tierras, sus recursos y las normas (Constitución) para que la convivencia, la paz, la justicia y el bienestar de todos privilegie sobre los intereses, desmanes o amenazas de los más fuertes.
Hace ya un cierto tiempo que se criminaliza la pobreza, pero en estos momentos de nuestra historia se está comenzando, también, a criminalizar la protesta. Los trabajadores de Navantia, y por ende el futuro naval de la bahía, están siendo vilmente agredidos por distintos estamentos empresariales, políticos y mediáticos. Da la impresión de que se hubieran puestos todos de acuerdo.
Las transnacionales “españolas”, Gas Natural y Repsol, desvían la construcción de cuatro gaseros hacia unos astilleros asiáticos, cuando la situación de los astilleros de Puerto Real y San Fernando es verdaderamente dramática, debido a la falta de carga de trabajo desde hace ya tres años. Situación que vienen denunciando, pacíficamente y por la vía del diálogo, desde hace cuatro años. Pero no se les hace caso. Sólo obtuvieron promesas incumplidas, y lo que es peor, realidades desaprovechadas.
Los referidos gaseros supondrían una bonanza de cuatro años de trabajo para siete mil familias de la zona, como trabajo directo e indirecto, y de otras mil por labores inducidas. Esta apátrida decisión representa un desconcertante mazazo laboral para las expectativas de miles de jóvenes y desempleados de la Comarca, que estaban esperando agarrarse, como último recurso de empleo, a la tabla de salvación que suponía los cuatro gaseros. Seamos serios y no encantemos más a los castigados ciudadanos con el tan recurrido “futuro hostelero”. Todos sabemos que este sector da lo que da. ¿Cuántos turistas tendrían que venir para poder sustituir la elevada inversión que supone un gasero? No nos engañemos, la Comarca necesita del sector industrial- naval para poder mantener un nivel de empleo adecuado para sus ciudadanos.
Estas dos multinacionales “españolas” (una de ellas tiene por consejero a un expresidente gubernamental- hay que joderse-) aducen unas vanas y falsas razones, las cuales han amoldado a la conveniencia de sus intereses. Son tan simples, que nuestros pensamientos adivinan prontamente el egoísmo de sus causas: Mayor rentabilidad económica. Ojo, no nula, sino mayor.
Pero es que, además, estas irresponsables y falsas excusas están perjudicando ostensiblemente a la imagen de los astilleros gaditanos, ya que se atreven a argumentar públicamente: “Que los astilleros no están preparados tecnológicamente y que en ningún momento del proceso Navantia ha presentado una oferta firme para que algún armador participante en este proceso contara con ellos”. Ósea, que para justificar u ocultar su ambiciosa e insensata determinación, no les importan hundir, aún más, los intereses industriales de la zona y pisotear su gloriosa historia naval. Estas dos grandes empresas “españolas” no les importan el progreso industrial de España, son antipatriotas. Su única patria es color del dinero. No tienen respeto ni por el bienestar de las personas de esta maltratada zona, ni por su historia naval, ni por su cultura industrial. Sus privilegios económicos por encima de los derechos de los trabajadores y progreso del País, ya que, la adjudicación de los referidos gaseros, representaría una importante oportunidad estratégica al apostar por el empleo y el desarrollo industrial y tecnológico.
Los tres gaseros que se construyeron en la década pasada, de avanzada tecnología y que actualmente navegan por los mares del mundo, recibieron, precisamente, la felicitación de Knutsen, uno de los dos armadores actuales, el otro, para mayor inri, también es “español”: Elcano. Y, si contamos al gobierno, el 80% de las instituciones involucradas son españolas. Hay que joderse de nuevo.
Todos los que trabajan, y hemos trabajado, en tan digno y relevante astillero sabemos que su ingeniería y las instalaciones, disponen de tecnología demostrada y suficiente para su ejecución, corroborado, además, por la Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Navales de Madrid, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal, Pymar y la Federación de Empresas del Metal de Cádiz, entre otras. Es más, los talleres de montaje, posterior a la construcción de estos gaseros, se adecuaron con tecnología punta para la fabricación de este tipo de buques ya que, en cartera, estaba prevista la fabricación de ocho de ellos.
Por otro lado, los grandes técnicos y profesionales que, a lo largo de la historia han pasado por el Astillero, responsables de elaborar las ofertas técnicas y económicas, siempre han destacado por su meticulosas y reconocidas propuestas a las que, continuamente, se les iban incorporando ingeniosas y creativas innovaciones que sorprendían gratamente al demandante. Es altamente sospechoso que, precisamente, en esta crucial ocasión, hayan “descuidado” tan escrupuloso comportamiento y más, desgraciadamente, sin otras actividades productivas que pudiera interferir en tan esperanzado trabajo. Todo ello indica que, además, de los intereses económicos, hayan influenciado determinantes directrices políticas desde “Bruselas a Madrid”. Una vez más, la Bahía de Cádiz, estamos siendo utilizados como carnaza política o moneda de cambio para otros intereses nacionales o europeos.
La justa protesta, por tanto, de estos compatriotas de Navantia, está siendo criminalizada, además, no sólo por aquellos órganos políticos que, utilizando el fácil y asistido discurso de la seguridad, aumentan desproporcionadamente el control y represión policial sobre estos acosados y castigados colectivos de trabajadores, sino que, por si fuese poco, están siendo, además, acusados como terroristas por el hecho de intentar defender sus derechos.
Estos medios ofrecen datos sobrevalorados del deterioro del mobiliario, además de urdir mil artimañas para indisponer a la población contra ellos, y lamentablemente lo consiguen, pero se olvidan, por ejemplo, de los 100.000 millones de euros que, hasta ahora, las distintas administraciones gubernamentales han desviado hacia la banca privada, ocasionando ese endeudamiento muchísimo más daño a la ciudadanía, en forma de pobreza, desempleo y carencias sociales.
Llaman vándalos a los únicos que están luchando por el futuro naval de la bahía, a los que están haciendo patria al defender algo tan nuestro, pero no llaman vándalos o terroristas a quienes provocan el ostracismo industrial de la zona, que acumula ya un escandaloso 70% de desempleo juvenil. Y todos sabemos que detrás de cada desempleado existe un rostro de sufrimiento. O ¿es que no se considera terrorismo estructural matar el presente, el futuro y hasta la esperanza de toda una generación?
Ofrecen cifras diarias del número de coches que tienen que guardar cola por estas protestas, que son coyunturales, pero no indican las colas del desempleo de la Comarca, que serán interminables, perennes y en aumento, de no prosperar estas quejas.
Estos medios, son los mismos que callaron, más bien ocultaron, aquellas negras fechas de finales del 2004 y principios de 2005, en las que IZAR, aduciendo “quiebra técnica” canceló los ocho gaseros contratados, casi todos para la empresa estadounidense “Conoco”. De no haberse cancelado dichos contratos, todavía se respiraría la alegría industrial en la bahía, claro que, entonces, no tendrían el pírrico argumento para decir “que no disponemos de la tecnología suficiente”.
Estos medios son los mismos que, cuando hizo falta, tildó de vagos a los funcionarios, absentistas a los de Delphi, inviable a la pesca, incompetentes a la plantilla de Navalips, improductivos a los de Alestis y, ahora, terroristas a los de Astilleros. Y continuaran llamando ladrones, vándalos y lo que haga falta, a todos los que queden por enviar a las filas del desempleo. O ¿es que en Cádiz todos somos así?
Es muy grave la situación industrial que está padeciendo la bahía, como para quejarse de las repercusiones que se producen como consecuencia de las peticiones que se demandan. La hegemonía del sector naval siempre ha marcado tiempos de bonanza económica para la zona. Este importante problema no repercute sólo a los trabajadores que, en este momento componen la plantilla de Navantia, sino a toda la colectividad de la Comarca, porque lo que se está dilucidando es el legado industrial, y por tanto bienestar, de nuestros nietos y bisnietos. Esa herencia que recibimos de nuestros ancestros se la debemos traspasar a ellos.
Es urgente que exijamos a los políticos que representan a nuestra zona que, de una vez por todas, limen sus diferencias partidistas y formen una piña en defensa de los intereses de la Comarca y de su gente, por encima de los intereses de las multinacionales o tendenciosas directrices marcadas por Bruselas. Para eso los hemos elegidos. También los medios de la zona deben tomar conciencia de ello. Esa debe ser nuestra principal queja y no la dirigida a esos valientes y vilipendiados profesionales de Navantia.
O nos unimos todos, todos, en defensa de la pequeña y gran patria gaditana, o nuestros nietos terminaran maldiciendo nuestra división, traición o apatía. La respuesta sólo depende de nosotros.