Emilia Pardo Bazán inicia esta nueva manera de narrar cuando se encuentra ya en su madurez creadora y guarda relación con las maneras de Galdós o Balzac: narración de amplio trazado, que desborda la extensión de la novela y necesita un marco más amplio y de la cual el retorno de los personajes o la reiteración de escenarios son manifestaciones estructurales.En la Pardo Bazán la longitud de las novelas parece estar sobre todo en función del estudio psicológico de los personajes, más que en el análisis de aspectos sociológicos o históricos, de la visión totalizadora de una época o de una clase social, como sucede en Galdós.