Lo mejor de las vacaciones no es estar sin hacer nada. Lo sabe muy bien Darío, quien, a sus diez años, se encarga de cuidar de los caballos de su tío en Acacias, un pueblo a orillas del mar. La vida cercana a los animales, cabalgar con su amiga Paula, el campo, la playa, un sol dorado o nubes llenas de lluvia... le harán recordar siempre «ese verano que parece todos los veranos de la vida».