La vida de Soto, jefe de policía en Capital, se precipita en un pozo de rencores y sufrimientos cuando es señalado por todos como sospechoso en casos de soborno y se ve arrancado de su trabajo actual y de su mujer para recalar temporalmente en Villa. Ahí van siempre a parar «los que no interesan, aquellos de los que no se puede sacar ningún provecho: los apartados.» Pero en lugar de adaptarse sin más a esta existencia mezquina y en suspensión, el teniente Soto tratará por todos los medios de revolver las peores miserias y sacar a la luz secretos inconfesables de los habitantes de este lugar maldito, donde nada es lo que parece y la convivencia se sustenta sobre los sólidos pilares de la mentira, el fracaso y el miedo cotidianos.