Durante la última década del siglo XIX, Soloviov se concentró enreformular y organizar su sistema filosófico a partir de lostrascendentales del ser: la verdad, el bien y la belleza. Así, traslas extraordinarias lecciones sobre filosofía de la religión queintegran su Teohumanidad, en 1897 publicó La justificación del bien ycomenzó a elaborar su metafísica y su teoría del conocimiento en lainacabada Filosofía teórica (1897-1899). Por aquellos años, Soloviovapuntaba en sus cartas la intención de editar una obra sobre estética, pero nunca se ha encontrado el manuscrito. La presente ediciónpretende completar este vacío.La belleza es el fin al queaspira y tiende el universo. No se trata, por tanto, de un mero objeto de contemplación, sino de una fuerza creadora y vital, capaz deactuar sobre el mundo y transformarlo. El artista debe continuar latarea iniciada por la naturaleza.Ahora bien, si pretendeparticipar en la belleza del mundo, el artista debe comenzartransformándose a sí mismo interiormente y vencer la tentación de suvoluntad egoísta, que construye un mundo a su medida. Solo entonces