Imperios de papel intenta ser un libro para el entretenimiento, más allá de cualquier connotación ideológica; posiblemente también una obra para la recuperación de una parte de la memoria iconográfica y estampera popular europea y, sobre todo, un trabajo cariñosamente dedicado a las personas que fueron niños y que en algún momento de sus vidas jugaron con los inefables soldaditos de papel. Con lo que en aquellos tiempos anteriores a 1950 denominábamos en España recortables. Aunque realmente pensemos que nada en esta vida es inocente, los juegos de los niños son y han sido solamente eso, juegos. En nuestra patria, como en casi toda Europa, los niños han jugado con soldaditos de plomo y de papel durante algo más de 100 años, sin una excesiva distinción de colores y banderías, aunque probablemente, éstos inocuos elementos de juego fuesen utilizados por los gobiernos del momento como instrumentos de propaganda política. No demos más vueltas al asunto. Allá cada uno con sus fantasmas e interpretaciones. repetimos, es tan solo un libro para el goce visual. Está centrado exclusivamente en la producción de la estampería popular alemana por la gran calidad de las litografías germanas y su desconocimiento para los coleccionistas españoles e, incluso, para los europeos y alemanes en general.