El piloto de caza debe ser: joven, sano, fuerte, acróbata y voluntario en su destino; de alto espíritu combativo y gran acometividad.
El comienzo de la Guerra Civil le sorprende estando de permiso en Gran Bretaña de donde no tarda en volver para unirse al ejército sublevado, llegando a la ciudad de Córdoba desde Francia pasando por Burgos en un avión alquilado.
Sobre este episodio García-Morato escribió en su libro "Guerra en el aire":
“Estando en Inglaterra con permiso particular, estalló el glorioso Movimiento Nacional, al que me incorporé‚ sin dudarlo, y desde el primer día presté‚ mis servicios como “cazador”, que era lo que por mi carácter y facultades cuadraba más en mí. Estoy regido por un vicio y por un ideal: el vicio de las emociones y el ideal de la Patria dentro de nuestra Religión”.