Tendremos la oportunidad de conocer en profundidad a uno de los más grandes reyes de la antigua Macedonia. Gracias a su habilidad como estratega, diplomático, político y soldado, heredó un reino pobre, débil y acosado por innumerables enemigos y lo transformó en el más poderoso de toda Grecia.
A lo largo de sus páginas podremos conocer la historia del reino Macedonio, desde sus orígenes míticos hasta la formación de un imperio, de la mano del que, a la postre, se convertiría en el padre del mítico Alejandro Magno y en el forjador de un nuevo ejército que cambiaria el devenir de la guerra en la Antigüedad. Filipo II fue el creador de la falange macedonia, formación que se demostraría como inigualable en el campo de batalla y que reportaría incontables victorias sobre poderosos enemigos, como los ilirios, los tesalios, los tracios, los beocios o los atenienses. Pero no sólo eso, logró integrar en el campo de batalla a la infantería y a la caballería para emplearlos en nuevas formaciones tácticas: armó a sus soldados con las míticas sarissas y apreció como pocos las posibilidades militares que la maquinaria de guerra podía proporcionarle, siendo el mecenas de numerosos avances en este campo. Soñó con conquistar el Imperio persa, cuando ya había logrado lo que nadie antes fue capaz: el control de Grecia.
Sólo la muerte le arrebató esa hazaña, pero sentó las bases de lo que más tarde conseguiría su propio hijo. Su figura levantó tanto odios como pasiones; se le conocía como mujeriego y bebedor, pero también por su habilidad para la oratoria, por sus astucia, determinación y valor. Siempre luchó en primera línea junto a sus soldados y nunca permitió que éstos le llamaran rey, sino solo "General".