Esta es la historia de un septuagenario vitalista que convive con su mujer y su cuñada. Ambas con importantes problemas de salud. Afirmar el presente pasa por exprimir las posibilidades de la realidad, que ofrece delicados placeres: los paseos, las partidas en el bar, los vecinos misteriosos que le rejuvenecen, las batallas simbólicas con sus enemigos o la práctica del amor hacia su compañera, ahora a través de la lealtad.