"Italia, ribera del río Adda, 1877. Esta pequeña porción de tierra del norte de Italia delimitada por las aguas del río Adda representaba, a ojos de Cristoforo Crespi, el futuro y la oportunidad para su familia de dejar una huella imborrable en el mundo. Él, hijo de un tintorero, sueña con construir en esos terrenos una fábrica para hilar algodón rodeada de todos los servicios necesarios para los trabajadores, una colonia obrera como las que ha visto en Inglaterra y como nunca se han proyectado en su país y, para lograrlo, pondrá en juego su reputación, su familia y su dinero.