Entre 1737 y 1818 -con intervalos, uno de ellos largo de medio siglo- hubo en España hasta tres almirantazgos: los del Infante Don Felipe, el Príncipe de la Paz, y el Infante Don Antonio. Pero hasta ahora apenas ninguno de ellos había sido estudiado con profundidad, y tal ha sido el objeto del estudio que acaba de publicar la Real Academia de la Mar, que preside D. Fernando Fernández-Tapias, y que es obra del Profesor Dr. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Vizconde de Ayala y Marqués de la Floresta, numerario de dicha regia y docta Corporación.
La recreación del Almirantazgo en la Edad Moderna obedeció a dos tipos de necesidades que se solucionaron a la vez, conjugándolas. En primer lugar la Armada Naval, creada en 1704, en continuo proceso de desarrollo orgánico y material, y reconocida como única fuerza capaz de mantener unido defensivamente el imperio de dos mundos, precisaba de un organismo director y efectivo de las actividades de definición de las necesidades estratégicas, de la conducción de las acciones operativas, y de la regulación y racionalización del esfuerzo logístico. Los tres pilares sobre los que necesariamente tenía que sustentarse la joven y moderna institución, precisaban de una autoridad única en su representación y decisión, y plural en su gestión y asesoramiento técnico. La segunda necesidad que con el Almirantazgo General de España e Indias se pretendió atender, atañía al lustre de la Real Familia y al interés particular de los miembros de ella que fueron llamados a personificarlo.
Los almirantazgos que siguieron al de 1737-1748, es decir, los de 1807-1808 y 1814-1818, respondieron a idénticas urgencias.
El autor, a partir de una amplia investigación personal, y de la utilización sistemática de muchas fuentes inéditas, analiza con solvencia, amplitud y profundidad estos tres instrumentos que se sucedieron en el tiempo, culminando así un excelente estudio histórico. El tratamiento conjunto permite compararlos y la inclusión comentada en el texto de muchos documentos inéditos, así como su transcripción como apéndices, aportan mucho de nuevo en la interpretación general y en el detalle de los diversos aspectos históricos e institucionales de los tres almirantazgos, formando un conjunto sistemático y coherente, que pone las bases para futuros estudios sobre la historia naval de nuestra Edad Moderna.