El lector se va a encontrar con una dualidad apasionante, la de la lucha, ingenio y sacrificio de la dotacion del crucero ligero aleman Koningsberg frente a la fria planificacion, prudencia y despliegue de medios de la todopoderosa Royal Navy, todo ello enmarcado en un escenario belico surrealista, alejados ambos contendie
ntes a miles de kilometros de sus respectivos paises y bajo un clima tropical sofocante. Nos encontramos en la antesala de la Primera Guerra Mundial, y Alemania, gracias a la Conferencia de Berlin 1844-1885 ejerce plena soberania sobre un amplio territoria de Africa oriental donde hoy se ubican los estados de Tanzania, Ruanda y Burundi.