Un alegato a favor de las luchas indígenas y antirracistas. Si el racismo tuvo durante el colonialismo histórico la función de legitimar el despojo del Sur global para lograr la industrialización del Norte, asistimos actualmente a la renovación del fenómeno, escondido ahora en el imperativo de mitigar la emergencia climática y superar la crisis energética.A medida que se agudiza la catástrofe ambiental, se intensifican también las nuevas relaciones coloniales, y con ello los discursos racistas vuelven a escena con mucha más fuerza. Despojos racistas desmantela las falacias de las transiciones verdes sobre las cuales se erige y se justifica el extractivismo minero y el auge de megaproyectos energéticos en América Latina y otras regiones.