"José Antonio Fortea ha conseguido dar la vuelta a la historia y ha creado una ficción histórica que los egiptólogos aborrecerán porque creen que Moisés no existió y es adulterar a ""su"" Egipto faraónico y mágico. Esta novela cuenta la progresiva aceleración en el tiempo. Las primeras páginas son un deleitarse en la descripción minuciosa, en el placer de sumergirse en el tiempo del faraón, en su ambiente. Pero después, capítulo a capítulo, el tiempo de la novela se acelera. Al final, se llega a la sensación de vértigo temporal. Vértigo al que se le pone punto final con ese adentrarse en las aguas del sueño. La novela es una contraposición entre el orden, la lentitud y la luz del primer día, y la noche, y el desorden de la última noche, cuando el tiempo corre vertiginoso. Conocer las plagas del Dios de Israel pero vividas desde la corte del faraón, es un punto de vista enriquecedor que hay que leer."