El independentismo catalán normalmente surge en momentos de dificultad económica o de sus propias instituciones. Es el comodín de los políticos catalanes ante su inoperancia para poder actuar o para resolver problemas. Para conocer la evolución del independentismo en Cataluña, el lector debe trasladarse a mediados del siglo XIX. En esa época una serie de intelectuales estructuraron un movimiento que conocemos como Renaixença. Desde aquella lejana fecha, hasta nuestros días, el independentismo ha tenido altos y bajos. Más bajos que altos. El lector se dará cuenta que los preceptos, los mantras estructurados a mediados del siglo XIX en poco se diferencian con los de ahora. Es más, el independentismo quedó anclado cuando se lo inventaron y no ha evolucionado. No tienen una oferta nueva, porque saben que tienen la batalla perdida. Y es que, como se dice al final del libro, algunos líderes catalanistas han estructurado una storytelling que sólo se la creen ellos . El catalanismo independentista nunca ha tenido claro lo que quieren ser de mayores. Nunca se han preguntado qué puede haber después de la independencia. Ellos sólo buscan conseguirla y lo que pase luego poco les importa. Como se dará cuenta el lector, en el fondo, todos ellos se sienten españoles, pero no quieren reconocerlo. Tienen un gran complejo de inferioridad, como dijo Josep Pla, y lo expresan revelándose contra lo que más aman, esto es, España.